El otro día se llevo mi coche la grua.
Nada serio.
Pero unas horas horribles de allá para acá.
Ya con el culo en el coche he vuelto a la rutina…
Recogidas de cartas.
Visitas a clientes.
Supervisión, que no es necesaria, del equipo.
Atención al email y al teléfono.
Lo que viene a ser un día más en la oficina.
Sólo que con menos horas para dedicarle.
El coche se ha vuelto, hace años lo es ya, herramienta indispensable para poder trabajar. Quizá más que un smartphone. Quizá más que un ordenador.
Lo que si es indispensable es tener un buen equipo de personas que, aunque tú tengas que estar atareado en otras cuestiones -como yo hoy con lo del coche- puedas tener la tranquilidad que el trabajo se realiza de la misma forma. Que no hace falta estar presente o pendiente toda la jornada.
Nadie, nadie fuera del equipo ha notado mi ausencia en ningún momento.
Cada día se reparten cartas.
Cada día se atiende a personas que entregan o recogen paquetes y compras online.
No hay día que se solucionen incidencias por telefono o correo electronico. Hasta por guasap!
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