Durante la mañana me llegaron unos cuantos correos.
Algo era anormal. Que alguna cosa iba mal.
Algo malfuncionó en el sistema y no envió el correo a la hora convenida.
Algún hilo se desenganchó.
Cerca de mediodía se pudo subsanar el asunto y pude enviar (reenviar) ya el correo.
Cosas de la tecnología, dicen.
La tecnología que llevamos todos en el bolsillo y que, en no pocas ocasiones no facilita la tarea.
En otras nos la complica puesto que estamos cerca siempre.
La certificación en las entregas de cartas certificadas (valga la rebundancia) se apoyan en la tecnología para dar certeza de la entrega misma.
Y en tiempo real.
Todos llevamos un móvil o un tableta para el efecto. Los hay que llevan una PDA en el bolsillo.
Como ya tengo una edad y la vista me comienza a fallar, prefiero la tableta.
Pantalla más grande. Simplemente.
¿Y si no hay, o se pierde la cobertura?
Pues si no hay conexión, y si la aplicación está bien hecha, o sea, si se han gastado unos miles al crearla, la actualización queda como en suspenso hasta que tiene conexión. Momento en que se lanza el resultado para que quede guardado en la base de datos.
Si no posee esta opción, no te queda otra que tomar nota de los datos y, cuando encuentras cobertura óptima, actualizar tu mismo los resultados.
Lo mismo que en sendITi, que no repartimos carta ordinaria siempre
Si quieres que mis correos te lleguen cada dia a tu bandeja, no sejes de suscribirte. Día que pierdes, mensaje que no te llega.
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